La mítica banda punk Larsen vuelve a la carretera cuatro décadas después
La historia del punk español suma un nuevo capítulo inesperado pero ansiado por muchos: Larsen, una de las formaciones más icónicas y efímeras de la escena de los primeros años 80, vuelve oficialmente a los escenarios. Tras décadas de silencio, el grupo ha anunciado una serie de fechas que marcarán su regreso intergeneracional a la trinchera del directo.
La banda actuará el sábado 21 de febrero en la Sala Mhyto de Bilbao, una primera parada que servirá de punto de reencuentro entre los viejos seguidores y una nueva generación que solo conocía su legado por grabaciones de culto. El tour continuará el 21 de marzo en el Adictes Fest de Tàrrega, para después trasladarse el 25 de abril a la Sala 16 Toneladas de Valencia. La gira culminará, por ahora, el 24 de octubre en la histórica Sala Gruta 77 de Madrid, donde se espera uno de los conciertos más emotivos de su retorno.
La reunión llega 45 años después de su fundación y cuatro décadas tras su última formación activa, un hito que parecía improbable. ¿El motivo de esta vuelta? Los propios Larsen lo resumen con una frase que captura su espíritu irreverente: "Si nos lo pasamos bien con 14 años, imagínate ahora que sabemos lo que es." Una declaración de intenciones que anuncia un regreso tan visceral como autocelebratorio.
Para comprender la magnitud de este retorno es necesario volver a 1981, año en que Pollo, Moska, Monje y Rana fundaron Larsen en una época en la que el punk en España era todavía una explosión de intuición, necesidad y urgencia. Su primera etapa apenas duró cuatro años, hasta 1985, pero fue suficiente para convertirlos en una referencia imprescindible del underground madrileño.
En sus inicios, Larsen grababan maquetas directamente en el local, registradas en casete, con la precariedad técnica típica de la época pero con una intensidad que pronto llamaría la atención del público más inquieto. Esas maquetas circularon de mano en mano y se hicieron especialmente populares gracias al programa El Búho de Paco Pérez Bryan, donde temas como Usurero, Destruir Madrid, Sucia sociedad o Quiero colocarme se convirtieron en auténticos himnos no oficiales. Curiosamente, aquellas canciones, grabadas en condiciones mínimas, nunca llegaron a registrarse en estudio, lo que no impidió que alcanzaran un estatus legendario.
El reconocimiento creciente llevó al grupo, en febrero de 1983, a grabar el maxi single "No!", posiblemente su obra más recordada. En él incluían algunos de sus temas más emblemáticos: Frontera Francesa, Lucha contra el tecno, Nacido de la pota de un punk y Vomitas Sangre. Posteriormente publicarían otros dos discos, ya sin Monje en la formación, marcando el comienzo de una etapa diferente que se prolongó hasta 1984. Tras la salida del batería, el proyecto entró en un declive natural y, como suele decirse, "el resto es otra historia".
Durante los años posteriores, los miembros de Larsen no abandonaron la escena: muchos de ellos formarían parte de bandas fundamentales del punk y el rock urbano como Commando 9 mm, Superrifs, Desenterrados, La UVI, Sagrada Familia, Matarte Sería Poco, MadPunk, Peligro 66 o la más reciente The BeatBang, entre otras. Su huella, por tanto, nunca desapareció del todo.
La reunión de Larsen no es solo una buena noticia para nostálgicos: representa la reivindicación de una etapa crucial del punk español y la posibilidad de volver a escuchar, en directo, a una banda cuyo legado había quedado suspendido entre cintas de casete, copias deterioradas y anécdotas transmitidas de generación en generación.
Con nuevas fechas, nuevas energías y la misma actitud de siempre, Larsen abre un capítulo que muchos daban por imposible. Y si algo ha demostrado el grupo desde sus orígenes, es que en el punk, como en la vida, las historias más intensas no se escriben siguiendo un plan.

